PRENSA - RODANDO
Diario La Nación
Imágenes que se multiplican
por Carlos Pacheco
15/06/07

Nuestra opinión: bueno

La imagen primera es sumamente inquietante: un hombre, vestido de elegante traje, sentado en una silla de ruedas, fuma mientras observa a la distancia. Sólo un cenital posibilita hacer intensa su imagen. Inesperadamente, él comienza un relato. El individuo de su historia viaja en su coche y describe el mundo exterior que recorre, cámara cinematográfica en mano. El relato es sumamente potente y el espectador no alcanza a descubrir cuánto de la realidad que se describe es ficción o cuánto de la ficción que decide armar verdaderamente ese hombre está tomada de la realidad o de su imaginario que parecería potenciarse durante el viaje.


El cuerpo y la mente del relator están al total servicio de esa historia que promueve humor, angustia, inquietud. Por momentos, el paisaje y los personajes con los que se cruza el viajero hacen desaparecer al narrador y, por otros, él se torna sumamente astuto y hasta consigue ponerle límites a la imaginación del receptor para que se detenga allí, en el exacto momento al que él no desea llegar. Las pausas en el relato son justas y también apelan a lograr una dramaticidad efectiva.


En aproximadamente 50 minutos, el actor Germán Rodríguez realiza una labor muy minuciosa. Es intensa su carga de imágenes internas, y por eso las traslada al espacio escénico con mucho vigor. Su tono de relato es de una neutralidad llamativa. Nunca va a sorprender la atención del público. Sólo lo va a llevar con él por ese recorrido, que posibilita un interesante cruce en el que conviven valores teatrales y cinematográficos. Todo lo que en la escena no sucede, acontece en la cabeza del espectador. Las múltiples imágenes con que éstos salen de la sala resultan, además, muy movilizadoras.