PRENSA - MARAVILLOSA INFANCIA ARTIFICIAL
A Sala Llena
Maravillosa Infancia Artificial
por Julia Panigazzi

Si lo que se busca a la hora de elegir una obra de teatro, en la cartelera de Buenos Aires, es algo realmente diferente, no hay que dejar de ver Maravillosa Infancia Artificial, una pieza alternativa compuesta con elementos del musical, lo fantástico, un poco de ciencia ficción, comedia y bastante drama.

Es la clásica formula que cuenta como dos científicas (hermanas) tratan de utilizar sus habilidades para la ciencia en beneficio propio, nada más ni nada menos que para tratar de recomponer su vida, emparcharla un poco, hacer desaparecer lo trágico que las persiguió durante años.

Germán Rodríguez debuta como director con este complicado texto de Gustavo Cornillon, que se destaca por un increíble trabajo actoral en equipo, una ingeniosa escenografía y un sin fin de componentes que parecen un híbrido imposible pero que se conjugan a la perfección sobre el escenario.

A las hermanas científicas las conocemos en pleno proyecto secreto, ambas tratan de borrarle un trauma de la memoria a un soldado, para que este vuelva sin inconvenientes al combate. Esto ocurre en Estados Unidos, que no es algo anecdotico, ya que la acción transcurre en el epicentro de la Guerra Fría, cuando se experimentaba con la re-programación mental o inducción sobre el personal de las fuerzas. Tanto el vestuario, como el diseño escenográfico, se adaptan a la época, creando una atmósfera de laboratorio secreto pseudo-nazi.

Paula Castagnetti compone a Ann, un senil personaje que debe confiar en su hermana Liz fanática de Von Braun, caracterizada por Alejandra D´Agostino. Ambas deciden llevar el experimento más allá, utilizando a un soldado, interpretado por Alejandro Schiappacasse, que parece ser el adecuado para un terrible reemplazo.

Uno de los momentos más luminosos es cuando Liz y Ann vocalizan los recuerdos como niñas, factor que suaviza el texto y sorprende al público. El trauma se fragmenta en escena dejando al descubierto dos hermanas atormentadas y en soledad. Lo siniestro del experimento se personifica en cada uno de los personajes en pequeñas dosis, para luego culminar de la peor manera.

Maravillosa Infancia Artificial es una pieza atípica, un bien llamado Experimento Científico Teatral: imperdible.

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