PRENSA - QUÉ AZUL QUE ES ESE MAR
BUE
Qué azul que es ese mar
por Amalia Di Gregorio

La obra sumerge al espectador en la vida privada de una pareja a través de un cortometraje. Luego, los intérpretes se apoderan de la escena para hacer una reflexión física de cómo se mueven el amor, el tiempo y el agua.

Eleonora Comelli –bailarina, coreógrafa y directora de obras como Linaje y Domingo – propone una expedición peculiar. La obra comienza de una manera única: con la escena a oscuras se proyecta Crucero, un pequeño film compuesto de imágenes de archivo que pertenecen a una historia de amor documentada, dirigido por Pablo Pintor. En él pueden verse los viajes de Héctor y Ana desde el año 1968 al 1989.



A medida que pasa el amor, pasan la juventud y las modas, las tecnologías y los movimientos. Luego de la pantalla aparecen Stella Maris Isoldi y Laura Figueiras, Roberto Dimitrievitch y Matías Etcheverry en escena. Ellos son cuatro y son dos al mismo tiempo. Mientras el tiempo se escurre entre sus trajes de baño años sesenta –gran escenografía y vestuario por Paula Molina – los intérpretes narran la historia muda del amor interminable. Relatan de a parejas, en solos y todos juntos en escena, siguiendo el ritmo de su respiración y el de los pasos que marcan. A veces se observan en el silencio, mojados y fríos. En otros momentos bailan y suenan extractos de las conversaciones de Ana y Héctor superpuestos con la música original de Ulises Conti.



La directora trasciende las reglas de la lógica: como maquinista de la historia da vuelta pasado y presente y pone a besarse futuro con olvido. Una obra para reír y llorar hoy.

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